Existen dos grandes grupos de EAP; el cardiogénico y el no cardiogénico.
Edema pulmonar cardiogénico: El corazón recibe sangre del sistema sanguíneo, primero por la parte derecha, que es quien la envía a los pulmones. re recoge en la parte izquierda del corazón para llegar al resto del cuerpo. Cuando existen problemas en la parte izquierda del corazón, dificulta el envío de toda la sangre a los pulmones, y estos no podrán desplazar a lo que resta del cuerpo. Ello creará una insuficiencia cardíaca, en donde el corazón no logra evacuar de forma eficaz, la sangre que recibe del sistema sanguíneo.
Edema pulmonar no cardiogénico: Son invasiones líquidas a los pulmones. En esta el problema no es el corazón, sino en el sistema sanguíneo, que pierde fuerza para mantener la sangre dentro, y no solo esparce sangre, sino que también el líquido que ha dejado pasar a los alveolos.
Causas de un Edema Pulmonar
Esta enfermedad se manifiesta por una insuficiencia cardíaca. Cuando existe una disminución de la actividad muscular y del corazón, la presión de las venas se eleva. Al tener esta presión, los vasos sanguíneos aumentan su presión y hacen que los líquidos se filtren y lleguen directo a los pulmones. Esa inundación pulmonar hace más lento el proceso pulmonar e interrumpe el trabajo habitual del oxígeno, provocando problemas respiratorios importantes.
Aquí otras causas que puede provocar un EAP:
- Embolia pulmonar
- Problemas con los pulmones: Esto puede ser a causa del gas tóxico
- Hacer deporte a grandes alturas
- Miocarditis
- Infarto del miocardio
- Problemas de insuficiencia renal
- Válvulas cardíacas pequeñas
- Problemas de presión alta
Síntomas de la enfermedad
El síntoma más frecuente y visible es la dificultad respiratoria, o como se le conoce de forma médica, disnea. Es normal que cuando se sufre de la enfermedad, los problemas respiratorios inicien cuando existe una gran actividad física, pero en algunos casos cuando la enfermedad está en un punto más agudo, los problemas pueden darse cuando se está en reposo. Otros síntomas de esta enfermedad pueden ser:
- Problemas de asfixia o falta de aire
- Problemas en el habla
- Sensación de sangre o espuma con sangre en la boca
- Ronquera con la respiración
- Problemas de concentración
- Piel pálida y ojeras
- Exceso de sudor
- Ansiedad
- Inflamación en las piernas y el abdomen
- Aumento de la respiración y la frecuencia cardíaca
Diagnóstico
Al tener los síntomas de la enfermedad es necesario acudir a un médico especialista que se encargue de hacer los análisis necesarios para dar un diagnóstico verídico. Primero es la prueba física y luego una radiografía de tórax. El médico debe ver el corazón y los pulmones desde un estetoscopio, dependiendo de los sonidos que se hagan al respirar y de la frecuencia cardíaca, se dictaminará la gravedad del edema.
La prueba de tórax es para conocer si existe presencia de líquido en los pulmones y si el tamaño del corazón a cambiado. Luego deben hacerse prueba de orina, un hemograma o análisis de sangre general y un electrocardiograma; esto para conocer de qué forma está trabajando el sistema inmune y conocer si existen cardiopatías.
Tratamiento
Como todo, el tratamiento dependerá de la gravedad de la patología. Pero normalmente se utilizan las siguientes formas:
- Consumo de fármacos: Ayudan a eliminar líquidos almacenados en los pulmones, esto a través de la orina.
- Administración de oxígeno: Esto para dar descanso al sistema respiratorio, ventila y da mejoras a la respiración.
- Conocimiento de la causante de la patología: Es necesario conocer la raíz del problema, para poder tratarlo desde donde comenzó.